La inseminación artificial está siempre en constante evolución, por ser la técnica reproductiva más expandida por productores de la especie porcina. De esta forma siempre surgen nuevas técnicas, nuevos equipos y nuevas prácticas para acompañar.
Algunos expertos señalan que "El mejor sistema es el que funciona" esto porque a lo que se aplica en determinada explotación puede ser rentable y productivo, pero para otra puede no serlo. Siempre existen numerosos factores que pueden condicionar la rentabilidad y la productividad en cada explotación, ya que poseen características individuales distintas.
El precio no debería ser el criterio más relevante en la toma de decisiones a lo largo del proceso de inseminación artificial, sino la calidad de los productos y la eficiencia en la rentabilidad y productividad.
En primer lugar, la forma más correcta para un proceso de inseminación artificial exitoso implica una buena detección de celo.
Existen bastantes casos en los que la forma en que el semen es colocado dentro de la tuerca resulta ser el causante de problemas y no el momento en que eso sucede. Es en estos que se debe hacer un análisis a la explotación para detectar la razón del problema y posiblemente alterar la técnica de inseminación.
La definición de un patrón correcto de inseminación pasa por establecer el protocolo y la técnica de inseminación a seguir en la explotación, estos son fundamentales para la buena fertilidad. Así como el volumen y la concentración de la dosis de semen y la conservación de la misma, son vitales para la correcta inseminación. Siempre pueden variar significativamente entre explotaciones.
En conclusión, recordamos una vez más que lo que es productivo y rentable para una explotación determinada puede no ser para otra. Cada caso debe ser analizado por profesionales especializados para evaluar las necesidades de la explotación y definir el mejor protocolo a seguir.
Source: 3tres3 – Comunidad Porcina Profesional.